Eran una verdadera obra de ingeniería en comodidad y seguridad. Desde el momento en que se acomodaron en ellos, sintieron que estaban listos para embarcarse en la aventura espacial de sus sueños. Los asientos estaban diseñados pensando en la comodidad de los ocupantes. Sus formas ergonómicas se adaptaban perfectamente a la anatomía de Marco y Pablo, brindándoles un soporte adecuado durante todo el vuelo espacial. Los acolchados suaves y mullidos permitían que se relajaran y disfrutaran del viaje cómodamente.
A pesar de la comodidad, la seguridad era una prioridad. Los asientos estaban equipados con cinturones de seguridad que se ajustaban firmemente alrededor de Marco y Pablo, manteniéndolos seguros en su lugar. Los cinturones roporcionaban una sensación de protección adicional, especialmente en el entorno desconocido del espacio exterior.
Uno de los aspectos más emocionantes de los asientos era su ubicación estratégica frente a una gran ventana transparente que se extendía a lo largo del frente de la nave. Desde allí, Marco y Pablo tenían una vista panorámica y sin obstáculos del espacio estelar que se abría ante ellos. Podían observar las estrellas, las constelaciones y las maravillas del universo con una claridad impresionante, como si estuvieran flotando en el espacio mismo.
Los asientos y la ventana panorámica creaban una sensación de inmersión en el cosmos. Marco y Pablo se sentían como si estuvieran suspendidos en el espacio, rodeados de la majestuosidad y la vastedad del universo.
La tortuga mágica extendió sus alas, que parecían desplegarse desde las paredes de la cabina, y con un suave aleteo, se elevó desde la playa hacia el cielo. El mundo que conocían se desvaneció rápidamente mientras ascendían más y más alto, cruzando la atmósfera terrestre y adentrándose en el vasto espacio estelar.
Mientras Marco y Pablo se adentraban más en este mundo lleno de maravillas prehistóricas, comenzaron a descubrir una variedad de criaturas que les dejaban maravillados en cada paso que daban.
