La oferta de Donatella y La nave espacial

Sin vacilar ni un momento, los hermanos aceptaron la oferta de Donatella.

El caparazón de Donatella, la tortuga voladora, se transformó en una sorprendente nave espacial que parecía haber salido de la famosa serie "Star Trek".

Dentro de la "nave espacial" creada a partir del caparazón de Donatella, la tortuga voladora, Marco y Pablo quedaron completamente asombrados por los paneles de control futuristas que tenían ante ellos. Los paneles se asemejaban a una obra maestra de la tecnología avanzada y parecían sacados de las películas de ciencia ficción más emocionantes.

Siguiendo sus indicaciones, se subieron a su caparazón y se agarraron con firmeza. Ella tenía un caparazón con una puerta para poder entrar en el interior.


Solo tenía que pulsar en la parte derecha junto a la cabeza y Pablo, con curiosidad y determinación, pulsó el lugar indicado. Con un suave clic, la puerta se abrió, revelando un interior sorprendente que parecía una cabina espacial lista para la aventura que estaba por comenzar.

La nave espacial estaba equipada con un sistema de navegación estelar avanzado que permitía a Donatella y los hermanos Marco y Pablo trazar su curso a través de las estrellas y las constelaciones. Este sistema les proporcionaba información sobre la ubicación de las constelaciones y las rutas a seguir para llegar a su destino.

El sistema de navegación estelar de la nave espacial, diseñado para llevar a Donatella, Marco y Pablo a través del vasto universo, era una maravilla tecnológica. Este sistema estaba diseñado para brindarles información precisa y detallada sobre su ubicación en el espacio, las constelaciones circundantes y las rutas óptimas para alcanzar su destino en la constelación de Dinosaurio.

"¿Y ahora qué hacemos, Donatella?" preguntó Marco con asombro mientras se encontraban en el interior de la tortuga mágica.

"Entrar, amigos, entrar en mi interior. Vais a descubrir un mundo mágico como nunca antes habéis visto," respondió Donatella con una chispa de emoción en sus ojos.

La nave espacial, que ahora era el caparazón de Donatella, se movía con gracia y agilidad a través del espacio, permitiendo a los hermanos acercarse a las figuras estelares y observar los detalles de estos asombrosos dinosaurios cósmicos. Marco y Pablo se sentían como exploradores en una expedición a un mundo antiguo y desconocido, un lugar donde los sueños se convertían en realidad y la magia llenaba el aire.